Un peruano acudió a una tienda por departamento para comprar algunos productos para su casa, ya que empezaba remodelarlo con algunos elementos. El ciudadano se disponía a irse con sus adquisiciones, pero recibió el llamado de un representante del establecimiento para que pueda formar parte de un juego: había calificado para participar por el jugoso premio de un televisor.
¿Cómo así? Sucede que sus compras habían superado el monto de S/ 150 y ese era un requisito indispensable para acceder al beneficio. Con ciertas dudas, el joven peruano aceptó la propuesta.
Fue así que el encargado dirigió al usuario hacia una tablet, en donde debía de presionar un botón en el momento que él crea conveniente. Sin estar convencido, el hombre realizó el pasó. Incluso, ni siquiera miró a la pantalla para ver el resultado.
«Ganaste», le dijo el encargado visiblemente emocionado. Al inicio, no lo podía creer, pero luego al ver la geniudad del trabajador, se convenció que sí había ganado, se había llevado el premio mayor. «¿Qué es lo que me he ganado?», le preguntó el hombre al representante. «Un televisor de 50 pulgadas», le respondió causando una gran alegría. Rápidamente, le entregaron su premio.


