Es un hecho que, si hablamos de emprendimiento, el peruano siempre buscará una idea curiosa y singular para salir adelante y captar la atención del público. Un ómnibus se cuadra entre los cruces de las avenidas Trapiche y Los Incas, en Comas, y no es que sea su paradero inicial, sino que es el punto de operaciones de un ingenioso emprendimiento.
Los emprendedores Karla Mabel León Morales y Humberto Crisanto Gonzales adaptaron este bus y lo bautizaron como: ‘El bunker de la tía Karlita’, especialista en platos típicos de Piura y comida marina y criolla.
Este inusual restaurante sobre ruedas ha ganado seguidores leales debido a la deliciosa sazón que presenta y a la atención que brinda a sus clientes. A diario, una multitud se reúne para saborear la auténtica cocina del norte del país y experimentar esta forma novedosa de disfrutar de los sabores locales.
Humberto Crisanto, un exchofer de tráiler y del servicio del Metropolitano, y su esposa, una ingeniera de industrias alimentarias, se embarcaron en esta aventura culinaria para dar vida a su sueño mientras cuidaban a sus hijos. «Queríamos poder estar cerca de nuestros hijos y generar empleo al mismo tiempo», compartió entusiasta don Crisanto.
Lo que comenzó como un modesto proyecto en una combi ha evolucionado a lo largo de los años gracias a la creciente demanda de los comensales. El espacio ya no era suficiente para satisfacer las necesidades de los clientes, por lo que la pareja decidió transformar un autobús en una cocina completa y funcional. Además, el personal de apoyo se ha ampliado para garantizar una experiencia culinaria rápida y de alta calidad.


