La larga batalla legal de Ana Estrada culminó el domingo 21 de abril del 2024 cuando decidió someterse al procedimiento de eutanasia. Según el comunicado emitido por su abogada, Josefina Miró Quesada, Ana falleció conforme al ‘Plan Protocolo Muerte Digna’, ejerciendo así su derecho a una muerte digna.
El comunicado destaca que Ana Estrada murió «en sus propios términos», enfatizando su idea de dignidad y control sobre su autonomía hasta el último momento. Este evento marca un hito en la lucha por el derecho a la muerte digna en el país, generando debate y reflexión sobre los límites de la autonomía personal y el deber del Estado en casos de sufrimiento extremo.

El caso de Ana Estrada resuena en la sociedad, planteando interrogantes éticos y legales sobre el derecho a la eutanasia y la autonomía individual en decisiones tan íntimas como la propia muerte. Su historia deja una marca indeleble en la discusión pública y abre paso a nuevas conversaciones sobre el final de la vida y el respeto a la dignidad humana.