En un alarmante informe revelado por el Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem), se confirma que Perú ha perdido la mitad de sus glaciares en los últimos 60 años. Las regiones de Áncash y Cusco son las más afectadas, con la formación de 45 nuevas lagunas en Cusco y 27 en Áncash como resultado directo del retroceso glaciar.

Esta situación representa un peligro inminente para las comunidades locales.Según Paola Moschella, directora de Investigación en Glaciares del Inaigem, la pérdida de glaciares en estas regiones está generando un aumento en el riesgo de aluviones debido al potencial desborde de las lagunas.
En Cusco, la reducción del 6% de los glaciares en los últimos cuatro años afecta tanto a la reserva de agua dulce como a la capacidad para amortiguar la estacionalidad de los caudales, poniendo en riesgo actividades agrícolas e hidroeléctricas.
En Áncash, la preocupación se centra en el peligro de desbordamiento de lagunas como Palcacocha y Parón, lo que podría repetir tragedias pasadas. Además, el impacto en la calidad del agua debido al drenaje ácido de roca representa una amenaza adicional para la salud hídrica de la región.
Ante este panorama, se destaca la importancia de un inventario continuo de glaciares para informar estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático y prevenir futuros desastres.